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más precisamente enfocado a la fauna prehistórica y la historia de su evolución hasta los

animales actuales.

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FOSILES


La única razón por la que sabemos que los grandes Dinosaurios y otros animales extintos existieron es gracias a... 

Los fósiles (del latín fossilis, que significa ‘excavado’) son los restos o señales de la actividad de organismos pretéritos. Dichos restos, conservados en las rocas sedimentarias, pueden haber sufrido transformaciones en su composición (por diagénesis) o deformaciones (por metamorfismo dinámico) más o menos intensas. La ciencia que se ocupa del estudio de los fósiles es la paleontología. Dentro de la paleontología están la paleobiología, que estudia los organismos del pasado —entidades paleobiológicas, que conocemos solo por sus restos fósiles—, la biocronología, que estudia cuándo vivieron dichos organismos y la tafonomía, que se ocupa de los procesos de fosilización. Pero profundicemos más, para saber exactamente...

¿Qué son los fósiles?

Los fósiles son los restos o marcas de animales extintos, que después de muertos sus cuerpos o marcas de su actividad se han conservado de alguna manera. Los fósiles más comunes se encuentran en las rocas, pero también pueden ser encontrados en el hielo o en el ámbar, savia de los árboles que corría por el tronco y después de un tiempo se endurecía preservando animales o vegetales en su interior. Este material conservado puede ser formado de cualquier tipo de organismo, sin embargo los más comunes son animales vertebrados o que tienen alguna parte dura, generalmente ósea en el cuerpo y que logran superar la descomposición.
También hay fósiles de bacterias, invertebrados como insectos y plantas, pudiendo ser encontrados enteros o fragmentados. Pero los fósiles pueden ser constituidos de huellas o marcas dejadas, no sólo partes del propio animal, a veces aparecen en forma de huellas, marcas de cola, huevos, nidos, excrementos, etc, son considerados Icnofosiles.

Fósil original de Ammonita de Las canteras de Solnhofen (Alemania).
Fotografía por Mara Myers.

Muchos investigadores consideran que el resto de un ser vivo debe tener más de 11.000 años para ser considerado fósil, si se encuentra organismos preservados que sean más recientes son considerados sub-fósiles. Sin embargo otros consideran que cualquier vestigio de cualquier período geológico del pasado de la tierra puede ser considerado fósil. Hasta hoy, la paleontología, ciencia que estudia los fósiles, describe y clasifica los fósiles en 2 tipos principales que puedes ver a continuación.
  • SomatoFósiles. Son los fósiles que más llaman la atención, ya que están compuestos de partes del cuerpo de un ser vivo extinto, como dientes, caparazones, conchas, huesos, hojas, troncos de árboles o partes blandas de los animales, que rara vez se preservan.
  • Icnofósiles. Compuestos por indicios de que un ser vivo estuvo o vivió en un lugar determinado, como huellas, cáscaras de huevos, excrementos o heces conservadas por la mineralización o desecación, refugios o cuevas donde vivieron animales etc.


Reconstrucción de réplica, a partir del fósil, de el esqueleto del famoso T-Rex "Sue",
exhibido en el Museo Field de Historia Natural de Chicago. Fotografía oficial del Museo.

¿Cómo se forman los fósiles?

Los fósiles, somatofósiles, icnofósiles, se forman después de que los restos del cuerpo es enterrado.Son tres las formas de preservación, mineralización, fundición y moldeo y carbonización que conservan los restos durante millones de años.
1.- Mineralización
Son procesos en los que los huesos y los icnofósiles se forman. Los restos del cuerpo reciben una adición de minerales o una alteración de los minerales originales existentes en el hueso, que acaban convirtiendo los restos prácticamente en roca, con el que se conoce por la petrificación. Son buenos ejemplos los troncos de los árboles, grandes huesos y caparazones.
Dentro de la mineralización destacamos dos modos de fosilización que puedes ver a continuación.
1.1 Recristalización: El organismo original no se conserva en su material original, el hueso, por ejemplo, que es reemplazado en su mayor parte por algún otro mineral y la estructura o forma del fósil es modificada parcialmente.
1.2 Epigenización: Este proceso se divide en dos tipos.
  • El primero, la permineralización, se produce cuando el material original del organismo sufre una adición de minerales que penetran en el hueso, por ejemplo, dejando este petrificado y más pesado, ya que además del material original se suma el peso de los minerales añadidos por el tiempo.
  • El otro proceso es conocido como pseudomorfosis, donde la forma original del organismo se mantiene pero su material es totalmente reemplazado por otro mineral.



Fósil original del oso Arctodus pamparus, Museo Argentino de Ciencias Naturales, Bs. As. Fotografía de Sergio Palma.



2.- Carbonización
Se produce cuando hay una pérdida de sustancias volátiles (oxígeno, hidrógeno y nitrógeno principalmente), dejando una película de carbono. Es más frecuente en estructuras formadas de lignina, quitina, celulosa o queratina. Esta ocurre cuando restos de plantas o de animales son aplastados debajo de una roca.
3.- Fundición y Moldes:
Son impresiones en negativo (no representa el organismo como realmente es, sólo un molde invertido) o positivo (representa el organismo como realmente es, o sea, una copia), de partes de los organismos o de sus icnofósiles. Se forman los moldes en 3 tipos.
3.1 Exterior: forma una impresión del organismo en negativo, como la piel de un animal o la superficie de una concha. El organismo está cubierto en su parte exterior por un tipo de material, como el barro, por ejemplo, y su cuerpo con el tiempo se queda el formato del organismo en el barro que se convierte en roca, sin embargo para que esto ocurra es necesario que los restos tengan alguna superficie con hendiduras, agujeros, textura irregular y que sea un tanto resistente, para que el material que formará la impresión pueda penetrar allí y se solidifique. Ver el molde exterior de una concha de abajo.

Fósil original de la extraña mandíbula inferior del tiburón Helicoprion.
Colección privada, Chicago, USA. Imagen por ©R. Thommpson.


3.2 Interior: forma una impresión interna del organismo, comúnmente ocurre en conchas. El molde es negativo y se forma cuando el barro o cualquier otro material penetran en el interior de los orificios y dentro del resto del animal y este acaba cuajando. El cadáver se descompone y queda un molde de la parte de adentro de la concha o del organismo en cuestión. En el ejemplo vemos un molde interno de la concha de la misma especie que se muestra arriba, en un molde exterior.
3.3 Contra de molde: forma una COPIA del organismo original, pero es más difícil de producirse naturalmente, pues para que el contra molde sea hecho es necesario que primero un “primer molde” interno o externo del sea hecho. Este molde se rellena con algún material y formaría una copia del organismo que formó el “primer molde”.



Fósil de una rana de 90 millones de años hallada en China, conservada en ámbar
junto a un escarabajo que probablemente fuera su presa. Fotografía de ©Lida Xing.


Generalmente este proceso es utilizado para hacer artificialmente la copia de algo, como por ejemplo, de una huella. La huella de carbono es un molde externo, que al ser llenado con un material que le da la forma del “pie” de este material. Para probar esto, usted puede hacer una experiencia en casa. Coge algún objeto, puede ser un muñeco de dinosaurio, por ejemplo, que tenga el pie bien definido, como un terópodo, y use un poco de arena para hacer una superficie plana. En la arena fuerza el pie del muñeco hasta formar una huella y retire lentamente para que ella quede entera. Verás que queda un agujero con la forma del pie, a continuación, utilizar alguna sustancia que pueda secarse después, como yeso en polvo diluido con agua para formar una masa que se debe utilizar para rellenar esta huella, muy despacio. Dejar secar y retirar la arena y verá que una copia del pie del dinosaurio se formó en yeso.

Otro proceso de fosilización es la momificación, que preserva el organismo casi como en la vida. Este proceso es muy raro de que se produzca porque se conserva gran parte del animal, que por lo general se descompone en su mayor parte, pero cuando se produce, es necesario que el cadáver quede atrapado dentro de un material impermeable y resistente a la descomposición. Los materiales que surten un mejor resultado es el hielo, que conserva los tejidos blandos con la baja temperatura y el ámbar, resina de los árboles que se seca muy resistente e impermeable, ambos proporcionando una momificación total del animal.

Fósil original del pes Mioplosus labracoides, que data del Eoceno, Formación Río Verde, 
Lago Fósil, Wyoming, USA. En venta en linea por Fossiles-UK.com

También puede suceder la momificación en la roca, pero esta generalmente es parcial. Recordando que cuando un cadáver se encuentra atrapado en el hielo y no permanece en él por mucho tiempo, como los Mamuts y otros animales de la Era del Hielo, no se fosiliza realmente y esto sucede porque cuando se forma un fósil, los restos se sustituyen o son impregnados con minerales convirtiéndolo en roca, pero los animales encontrados en el hielo, congelados debido al hábitat frío en que vivieron son momificados en el hielo y no llegaron a fosilizarse, o sea, cambiar sus moléculas orgánicas por las moléculas de la roca.

Aún me queda hacer un comentario sobre el icnofósil, que en realidad son registros o marcas de actividad biológica en un lugar determinado. Huellas, nidos, cáscaras de huevos, rastros de cola, heces entre otras marcas de la actividad biológica, estos son considerados icnofósiles porque no formaban parte del cuerpo del animal, sino porque fueron abandonados por él.

Sendero de huellas de saurópodos, terópodos y ornitópodos, en la costa Noroeste del
Lago Ezequiél Ramos Mexía, El Chocón, Chubut, Argentina. Fotografía por Alex Rebolledo.

Existen algunas impresiones formadas en las rocas por los minerales o la acción de otros elementos de la naturaleza, estas impresiones son conocidas como pseudofósiles (falsos fósiles), ya que, en apariencia, representan fósiles de plantas, entre otros organismos, pero en realidad no pasan de manchas en las rocas. Algunos fósiles son llamados “fósiles de transición” porque son de organismos extintos que representan la transición de una especie a otra en la historia evolutiva del planeta Tierra.
Un gran error que se produce en los medios de comunicación cuándo se habla de fósiles de transición, ya que por lo general los periódicos o sitios de noticias usan el término “ESLABÓN PERDIDO” para referirse a los fósiles de transición, lo que desde el punto de vista paleontológico, es incorrecto, dar el título a todo el fósil de transición.
Cangrejo cacerola, ejemplo de los llamados "fósiles vivientes",
en el Acuario de Gijon, España. Fotografía de ©Pedro Vega.


El eslabón perdido sería un fósil que ayude a exclarecer toda la línea evolutiva de un determinado grupo animal, pero estos fósiles transitivos en general ayudan a resolver dudas pero en parte, no dando a los investigadores información sobre el linaje. Otro término que implica fósil es uno que genera mucha polémica, en este caso sería el empleo del término “Fósil viviente”, que generalmente se refiere a animales que han sobrevivido durante millones de años sin modificar su apariencia, hábitos o metabolismo. Estos animales no son seres inmortales, o dinosaurios vivos.



Celacanto (Latimeria chalumnae). Fotografía por ©National Geographic.


El término “fósil vivo” es de mi punto de vista un tanto exagerado, ya que los animales a que se refiere, como el sphenodon por ejemplo, un reptil de Nueva Zelanda, que desde su nacimiento, poco ha cambiado sus características, pero no quiere decir que sea la misma especie que vivió hace millones de años. Son DESCENDIENTES de animales extintos, pero que conservan las características de sus antepasados.
Otro ejemplo de estos animales son los peces Celacantos (Coaelacanthimorpha, Celacantimorfos) que muchos consideraban extintos después de encontrar un fósil de millones de años, pero hace algunos siglos pescadores capturaron ejemplares vivos de este tipo de pescado en la costa de África, siendo que la especie actual es muy similar a la especie extinta.





Fuentes:

-Rudwick, M.J.S. 1987. El significado de los fósiles. Hermann Blume.
-Antón, Mauricio. El secreto de los fósiles, Aguilar, 2006 ISBN 978-84-03-09762-9
-Briggs, D. E. G. 1991. «Extraordinary fossils.» American Scientist 79:130-141.

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